lunes, 11 de abril de 2016

Viajes infructuosos al hospital

Yo salía de cuentas un 26 de Enero y el muchacho se retrasó una semana.

La mañana del 28 de Enero mi señora madre (que vino a estar conmigo para el parto) y yo nos fuimos a una visita rutinaria a la matrona. El guiri trabajaba, el sol brillaba en Londres y todo parecía bonito y floreciente.

Al llegar a la visita en el hospital del barrio, la rubia que me tocó por matrona procedó a tomarme la tensión, hacerme un análisis de orina y ver como estaba el churumbel. Y entró en pánico. La tensión le daba 15-10, la orina tenía proteína y el bebé estaba sano pero se había colocado hacía arriba en vez de boca abajo. Además le conté que el día antes me lo pasé con un dolor de cabeza que pa mi se queda. Parecía que estaba teniendo una cosa muy chunga pero bastante común que se llama preeclamsia, que solo les pasa a las embarazadas y que solo se cura sacando al churumbel. Así que me mandó que me fuera pitando al hospital maternal que me corresponde, por que en ese hospital no atienden partos, solo consultas y me dice que me van a inducir el parto ya.

Llamada a guiri al trabajo después, tenemos un plan: yo (histérica, "¡me voy a morir! ¡me voy a morir! ¡Mi pobre niño! Le ha tocado una madre enclenque, menos mal que él está bien") me voy yendo al hospital en taxi mientras el guiri va a casa a por la bolsa del hospital. Nos vemos allí.
El taxi era de un indio muy simpático que conducía como el culo pero rajaba que no veas.

- Tu no te preocupes que yo tuve una niña y a mi mujer le dio también una subida de tensión al final y no pasó nada, de donde sois, te gusta Londres y bla bla bla".

El caso es que en plena conversación lo vemos que se para y empieza a hacerle cortes de mangas al de a tras y en un momento dado se baja del taxi y se va a una señora que le chillaba con un papel azul en la mano. Cuando el taxista vuelve al coche nos suelta que la señora era discapacitada y que lo que tenía que hacer era no conducir e irse a su casa. La cara de mi madre era un poema y el tipo venga a decirme todas las razones por las que una persona con incapacidad se tiene que quedar en su casa.

- Ajam...¿falta mucho pa llegar?

Diez minutos después llegamos al hospital y el señor del taxi me desea suerte y me dice que cuando salgamos del hospital con el bebé lo podemos llamar a él, que nos lleva a casa... Por las narices meto yo a mi bebé recién nacido en ese taxi.

Entramos en el hospital, vamos a la zona que me toca, le damos los papeles a la enfermera

- ¿Gemelos?
- No, solo uno.
- ¡Oh!

Y a esperar. Cuando nos pasan a que me hagan pruebas llega el guiri descompuesto con la maleta, se queda el conmigo y sale mi madre.

Me tomaron la tensión 3 veces a lo largo de dos horas, analítica de sangre, analítica de dos muestras de orina, ecografía para ver la posición del bebé (no nos lo enseño la muy...), monitores y no tenía nada. Solo un bebé sanote colocado boca abajo que parece muy agusto donde está, una matrona tonta del culo y contracciones irregulares que cualquier día se suponía que desencadenarían el parto pero que no fueron capaces, al final fue provocado.

Destaco del día el momento hambre en el que el guiri me dice que me ha traído petti suis, le pido uno y me da uno.

- ¿Y el otro, guiri mio de mi vida?
- Me has pedido uno
- Pero uno son dos (el "a mi me daban dos" se me cruza por la mente unas pocas de veces)
- Pero que has dicho uno
- Guiri, los petti se comen de dos en dos, de toda la vida.

Cara de "los españoles estos están como putas cabras, lo que tengo que aguantar".

El enano llegó 5 días después.

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