miércoles, 13 de abril de 2016

El bebe

La llegada de este bebé al mundo fue dura para los dos. En un país en el que en un parto normal te dejan una noche en el hospital y luego te mandan para casa, nosotros estuvimos ingresados cinco días. No entro en detalles por no desterrar el instinto reproductor de ninguna lectora.

Es un bebe en condiciones, con muchos mofletes, mollas desde que nació y los ojos enormes. Durante sus tres primero días olió a fruta y hacía ruidos de gatito. Come y duerme sin problemas desde el primer día, casi nunca llora y cuando lo hace es por hambre o por que me echa de menos.

Por mi parte he resultado ser una madre intensa, de las que se mete al bebe en un fular, lo suelta poco, duerme con él y piensa dar el pecho hasta el año mínimo (a no ser que él diga lo contrario) así tenga el niño dientes para comer filetes. La repera ha llegado cuando se me ha encendido el modo ecologista y me he lanzado a los pañales de tela, pero eso es otra historia.

Y es que lo nuestro es amor del bueno. Todas las mañanas al levantarnos nos pasamos un ratito de amor, con cariñitos y "agos" continuos el uno al otro, sospecho que se despierta así de encantador para que no lo mate por despertarme temprano. Nos sonreímos, suspiramos y nos hacemos todas las carantoñas del mundo. Con una única excepción: cuando está su padre.

Los sábados y domingos iniciamos nuestro ritual de "que alegría despertarse para estar contigo" pero se interrumpe en seguida cuando ve el guiri está allí. Lo mira con cara de espanto y los ojos muy abiertos, como preguntándose "quién es este y qué hace aquí", e inmediatamente me mira a mi rogando que lo eche.

Y en vista de que una mirada no es efectiva, el peque ha decidido ser más claro. Se mea, caga y vomita únicamente encima de él. A mi no me ha caído más que alguna vomitona esporádica, el grueso de sus mejunjes malolientes se lo reserva todos para el pobre guiri. Y por supuesto, por si esto no es suficiente, cada vez que lo coge llora, pero no llorar de que pena con pucheritos, llora cabreado y exigente.

La ironía del asunto es que es una copia exacta del guiri (con mejoras, todo sea dicho) y ver como se miran el uno al otro con estupor no deja de fascinarme.

Ya mejorarán relaciones.

2 comentarios:

  1. LA PAREJA EN FAMILIA. Es fácil si sabes cómo disfrutar del cambio, es un libro de Rocio Ramos muy interesante para comenzar a ser padres.

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  2. Soy una fan incondicional se super nanny... le echaré un vistazo! Gracias!!

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