miércoles, 6 de abril de 2016

Estivilizando al Guiri

Cuando supe que el pequeñajo venía en camino, se me ocurrio hablar con El Guiri de que  podíamos empezar a prepararnos. Era muy pronto, pero yo tenía mucha ropita de mis sobrinos, podíamos seleccionar algunas cosas y el podía llevarselas a Londres. El se iba primero y yo pensaba que era más práctico llevarse las cosas que teníamos en España poco a poco.

- No te preocupes por nada durante el embarazo, Clara- dijo- tengo un plan.
- Ah, que bien. ¿Cual?
- Lo ignoramos y cuando nazca, cuidamos de él.

Un plan maestro, sin duda, contra el que tuve que pelear los siguientes 8 meses... digamos mejor 6, por que mi hermana me dejo claro que prepararse durante el primer trimestre traía mala suerte y solo podía comprar patucos, y como no me llamaban la atención, le compré calcetines.

Sobra decir que esa primera persona del presente de indicativo del verbo cuidar era un clarisimo error gramatical del guiri, aunque me lo hubiera dicho en ingles. A lo que él se refeía es a la segunda persona del singular: "tu cuidas". Y no es que él no tenga una buenisima voluntad, pero el señor no se había enfrentado antes a menores de 1 año y tenía la clarisima intención de que así siguiera siendo.

Despues del nacimiento del churumbel y en vista de que el grueso del trabajo me lo estaba dejando a mi, que ya había cuidado bebes antes, hubo que aplicar una terápia de choque. Un día le pedí amablemente que cambiara un pañal aparentemente corriente. Solo yo era consciente de ese edor especial que solía predecir a una mierda nivel "la virgen, que de mierda".

Cuando cogió al churumbel en su estilo particular de aquellos entonces ("aquellos entonces" fue hace mes y medio), brazos estirados y bebé colgado de las manos por los sobacos a una distancia prudencial y con los pulgares controlando la cabeza, yo me fui corriendo a encerrarme en el baño.

Abrí la ducha, puse música a toda leche, eché el pestillo y hasta canté a todo pulmon. Todo para acallar al guiri que gritaba al son de ¡NOOOOO! ¡ESTO ES HORRIBLE! ¡NUNCA HABÍA HECHO ALGO TAN ASQUEROSO!  Por supuesto le oia perfectamente pero  necesitaba una coartada y por el bien de mi salud mental y de las políticas de igualdad que se aplican en esta casa, tuve que repetir la susodicha maniobra una multitud de veces y en distintos escenarios.

Despues de cada abandono tocaba un rato de "pobre guiri, ya pasó", pero mereció la pena. Ahora el guiri cambia pañales, baña, consuela y duerme niño como un campeón. La teoría de Estivil de dejar llorar al bebé, creo que iba más por el padre. Al menos aquí ha sido muy eficaz.



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