jueves, 5 de mayo de 2016

La voz de ultratumba

Las vacaciones en casa de una madre son una cosa muy mala para llevar un blog. Entre que me paso los días de parranda presentando al churumbel a unos y a otros, que estoy preparando la boda con el guiri y que mi madre me está mimando con bizcochos caseros y embutidos, no tengo ni el tiempo ni las ganas de sentarme a escribir.

Así que voy a deleitaros con el que yo considero es el momento más inigualable de mi vida con el guiri. Aviso que seguramente me estoy ganando el divorcio con esto y voy a tener que volver a Londres con kilos de colacao y promesas de galletas de chocolate para ganarme la redención, pero es que esto no puedo vivir sin contarlo.

Cuando nos mudamos a nuestro piso en Londres hubo que amueblarlo entero con el gasto que eso supone. Cualquiera que conozca esta ciudad sabrá que el espacio es un bien caro, preciado y escaso, y nuestro minipiso andaba corto con sus 45m2. Lo más inteligente era comprar una cama canapé (de las que se abren y tienen un buen almacenaje dentro) con un señor colchón y todo king size para dormir como reyes.

En aquellos entonces un compañero de trabajo del guiri nos regaló una cuna para nuestro enano y varios muebles que nos venían muy bien. Como faltaban aun unas 14 semanas para la llegada del muchacho y aun así de primeras íbamos a tirar de mini cuna pues decidimos guardarla dentro de la cama.

Al guiri le gusta organizar cosas y el tetris debajo de la cama es cosa suya, así que yo y mi bombo nos fuimos tranquilamente al sofá a comer lo que me hubiera dado por comer compulsivamente durante aquellos dias y a cotillear mi facebook.

Mientras centraba mi atención en las aventuras de una perra de la que soy muy fan (#yosoyfandesalsa #teamsalsa #dejadasalsacomerselascamastranquila), escuché mi nombre en un aullido desesperado viniendo de muy lejos. Me sentí confundida por la lejanía del sonido y la voz lastimera del guiri llamándome y pidiendo socorro, así que me levanté y fui al dormitorio que encontré completamente vacío.

- ¿Guiri?
- Clara! Help!
- ¿Donde estás?
- ¡Dentro de la cama! Help!
- ¡No me lo creo!
- Open it! Please! I am here!

Abrí la cama y me lo encontré ahí tumbado boca arriba, guardando la cuna decía. No dio explicaciones en meses. Ahora por fin ha confesado, quería saber si era capaz de salir desde dentro y avisar primero hubiera sido quitarle emoción al asunto.

Un guiriconsejo: no os metáis en el almacenaje de una cama canapé, que no se puede salir.



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