Las vacaciones en casa de una madre son una cosa muy mala para llevar un blog. Entre que me paso los días de parranda presentando al churumbel a unos y a otros, que estoy preparando la boda con el guiri y que mi madre me está mimando con bizcochos caseros y embutidos, no tengo ni el tiempo ni las ganas de sentarme a escribir.
Así que voy a deleitaros con el que yo considero es el momento más inigualable de mi vida con el guiri. Aviso que seguramente me estoy ganando el divorcio con esto y voy a tener que volver a Londres con kilos de colacao y promesas de galletas de chocolate para ganarme la redención, pero es que esto no puedo vivir sin contarlo.
Cuando nos mudamos a nuestro piso en Londres hubo que amueblarlo entero con el gasto que eso supone. Cualquiera que conozca esta ciudad sabrá que el espacio es un bien caro, preciado y escaso, y nuestro minipiso andaba corto con sus 45m2. Lo más inteligente era comprar una cama canapé (de las que se abren y tienen un buen almacenaje dentro) con un señor colchón y todo king size para dormir como reyes.
En aquellos entonces un compañero de trabajo del guiri nos regaló una cuna para nuestro enano y varios muebles que nos venían muy bien. Como faltaban aun unas 14 semanas para la llegada del muchacho y aun así de primeras íbamos a tirar de mini cuna pues decidimos guardarla dentro de la cama.
Al guiri le gusta organizar cosas y el tetris debajo de la cama es cosa suya, así que yo y mi bombo nos fuimos tranquilamente al sofá a comer lo que me hubiera dado por comer compulsivamente durante aquellos dias y a cotillear mi facebook.
Mientras centraba mi atención en las aventuras de una perra de la que soy muy fan (#yosoyfandesalsa #teamsalsa #dejadasalsacomerselascamastranquila), escuché mi nombre en un aullido desesperado viniendo de muy lejos. Me sentí confundida por la lejanía del sonido y la voz lastimera del guiri llamándome y pidiendo socorro, así que me levanté y fui al dormitorio que encontré completamente vacío.
- ¿Guiri?
- Clara! Help!
- ¿Donde estás?
- ¡Dentro de la cama! Help!
- ¡No me lo creo!
- Open it! Please! I am here!
Abrí la cama y me lo encontré ahí tumbado boca arriba, guardando la cuna decía. No dio explicaciones en meses. Ahora por fin ha confesado, quería saber si era capaz de salir desde dentro y avisar primero hubiera sido quitarle emoción al asunto.
Un guiriconsejo: no os metáis en el almacenaje de una cama canapé, que no se puede salir.
Así que voy a deleitaros con el que yo considero es el momento más inigualable de mi vida con el guiri. Aviso que seguramente me estoy ganando el divorcio con esto y voy a tener que volver a Londres con kilos de colacao y promesas de galletas de chocolate para ganarme la redención, pero es que esto no puedo vivir sin contarlo.
Cuando nos mudamos a nuestro piso en Londres hubo que amueblarlo entero con el gasto que eso supone. Cualquiera que conozca esta ciudad sabrá que el espacio es un bien caro, preciado y escaso, y nuestro minipiso andaba corto con sus 45m2. Lo más inteligente era comprar una cama canapé (de las que se abren y tienen un buen almacenaje dentro) con un señor colchón y todo king size para dormir como reyes.
En aquellos entonces un compañero de trabajo del guiri nos regaló una cuna para nuestro enano y varios muebles que nos venían muy bien. Como faltaban aun unas 14 semanas para la llegada del muchacho y aun así de primeras íbamos a tirar de mini cuna pues decidimos guardarla dentro de la cama.
Al guiri le gusta organizar cosas y el tetris debajo de la cama es cosa suya, así que yo y mi bombo nos fuimos tranquilamente al sofá a comer lo que me hubiera dado por comer compulsivamente durante aquellos dias y a cotillear mi facebook.
Mientras centraba mi atención en las aventuras de una perra de la que soy muy fan (#yosoyfandesalsa #teamsalsa #dejadasalsacomerselascamastranquila), escuché mi nombre en un aullido desesperado viniendo de muy lejos. Me sentí confundida por la lejanía del sonido y la voz lastimera del guiri llamándome y pidiendo socorro, así que me levanté y fui al dormitorio que encontré completamente vacío.
- ¿Guiri?
- Clara! Help!
- ¿Donde estás?
- ¡Dentro de la cama! Help!
- ¡No me lo creo!
- Open it! Please! I am here!
Abrí la cama y me lo encontré ahí tumbado boca arriba, guardando la cuna decía. No dio explicaciones en meses. Ahora por fin ha confesado, quería saber si era capaz de salir desde dentro y avisar primero hubiera sido quitarle emoción al asunto.
Un guiriconsejo: no os metáis en el almacenaje de una cama canapé, que no se puede salir.
jajaja
ResponderEliminarjajajajaja, muy bueno, menuda aventura,no te aburriras, eso seguro :P
ResponderEliminarnooo, imposible aburrise con el guiri jejeje. Muchas gracias!!
EliminarJajajaja
ResponderEliminar;-)
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