domingo, 10 de abril de 2016

Un poquito de ficción: Tomás quiere a Mara

Siempre me ha gustado escribir y me ví con 5 años Doña Bella, luego llegó Abigail y el culmen llegó con Pasión de Gavilanes con unos... ¿17?, así que por algún lado tenía que salir el lado culebronil. Aquí va algo que tiene ya algún tiempo y no había publicado.



Tomás quiere a Mara


Hace frío y ducharse se le hace un mundo, pero él sabe que a Mara le gusta ducharse de noche. Dice que se quita el sudor, el polvo de la calle y el peso del día, y así duerme mejor. Tomás recuerda lo bonita que está ella cuando se va a dormir, recuerda su olor. Así que se ducha solo, por pensar en ella desnuda y suave en la cama. Antes se duchaba por las mañanas, pero así sabe que Mara está en su vida.

Se quita primero los pantalones, abre la ducha ardiendo para que el vapor quite el frío de enero. Fuera calzoncillos, fuera camiseta y … los calcetines, eso es lo peor, poner un pie en el suelo de mármol con lo frio que está. Es entonces cuando se alegra de que nadie lo vea y se quita un calcetín, mete el píe en la ducha, se quema, salta, tropieza con la bañera y se cae de culo en el suelo, el de mármol frío.

Un pie abrasado y un culo frío después, Tomás se ducha. El amor duele de formas insospechadas.

Mientras se seca, Tomás se mira en el espejo y se recrea en lo que ve. Se sabe guapo con sus ojos verdes y su pelo castaña rebelde de chico sexy. Se gusta. Así que se pone el pantalón de chándal que usa de pijama, una camiseta vieja y seacuesta pensando en ella. Mara en su cama, ¿qué llevará Mara? Mara suave, Mara oliendo a jabón de miel, Mara cansada, durmiendo profundamente bajo un edredón.

- Mara a dos calles de mi.

Hoy necesita a Mara, así que se levanta, se pone unos zapatos y el abrigo, coge sus llaves (las que ella le dio) y sale a buscarla, a dormir y a soñar con ella, junto a ella.

Entra en su piso con cuidado de no despertar a sus compañeros de piso. Prefiere no pensar en ellos ahora, viene a dormir, no a pelear. Cruza el pasillo y entra en su habitación, la luz está encendida y ella se ha dormido leyendo con el pelo mojado. Tomás coge el libro de entre sus manos y se vuelve a impresionar, él no es capaz de concentrarse tanto para terminar un libro entero tan rápido. Pone el libro en la mesilla y se desliza en la cama con más bien poca delicadeza. Y claro, la despierta.

- ¡Pero bueno! ¿Y esto?

- Hace mucho frío para estar sin ti.

- Y en verano dices que hace mucho calor.

- Siempre hace mucho lo que sea.

Y así, entre sonrisas, Tomás se acurruca con ella y le besa el pelo, acaricia su espalda y, como siempre, se sorprende de que duerma sin ropa interior. Mara dice que así está más cómoda y duerme más a gusto. Eso a él le vuelve loco y otra noche más entre caricias bien intencionadas algo se enciende y se pierden.

Tomás quiere a Mara, con todo su corazón. Pero a veces Tomás necesita a Ana.

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